El perfeccionismo es un sistema cerrado, obsesivo y debilitante, que atrapa en los detalles, perdiendo perspectiva de la totalidad. El perfeccionista siempre tiene un modelo a seguir: lo que considera perfecto; y algo que mejorar: el ideal cada vez es más alto.
Si creas desde la libertad, te abres al encuentro y la sorpresa, permitiendo que los errores te conduzcan a nuevas revelaciones.
Aspirar a nuestra idea de perfección es una manifestación egótica y de soberbia.
No os podéis imaginar lo que me ha liberado, soltar ese ideal.
Primero me permití equivocarme, después me di cuenta que cuando no juzgo, no hay equivocación, simplemente suceden cosas diferentes. Observándolas aprendo. Es un sistema completamente abierto y por tanto infinito.