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  • Madura será la caída – Esther Ramos tras la Luz

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    «Madura será la caída».  81 x 174 x 106 cms.  Técnica mixta s/ tela.

     

    En esta tridimensión pictórica, todo aparece en el interior de este rombo. Tienes que asomarte a él, para ver que te oculta…

    Cada uno de los dos lados, está formado por una tela pintada y junto a ella un bastidor forrado de pvc de espejo, que hace que lo pintado se multiplique.

    En el medio y separando ambos lados, un bastidor forrado de mosquitera que actúa a modo de red.

    Al utilizar la pintura más allá de la pared, me posibilita un juego con el espacio, en donde mi imaginación no tiene fin.

     

     

  • Agujero x agujero – Esther Ramos tras la Luz

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    «Agujero x agujero».  100 x 164 x 165 cms.  Técnica mixta s/ tela.

     

    Estas cuatro telas ensambladas en cruz y de las que dos están revestidas de pvc de espejo, que multiplican y distorsionan la imagen, invitan al juego de la vida. Una especie de dominó, en donde todo son seis dobles.

    La tela que veis está pintada en negro, la del otro lado es el mismo motivo pero en blanco: el positivo y el negativo.

    El abandono del color, es para enfatizar lo esencial de la pintura, para desnudarla y desproveerla de significado.

    La sencillez del origen.

     

  • ¿Ves el ruido? – Esther Ramos tras la Luz

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    «¿Ves el ruido?».  130 x 198 x 85 cms.  Técnica mixta s/ tela.

     

    Es difícil ver esta tridimensión , si no es al natural.

    Está formada por una tela al fondo, en donde aparece una caseta de pescadores (Es Pont); dos bastidores forrados de PVC de espejo, uno a cada lado de la tela, que multiplican y prolongan la imagen y en primer término otro bastidor forrado de malla de mosquitera pintada, que representa la lluvia y los rayos de una tormenta.

    Una tormenta de septiembre en Menorca, con un aparato eléctrico que iluminaba el cielo al completo. Truenos y rayos que me levantaron de la cama y que me hacían saltar y danzar en plena naturaleza.

    La conexión a la energía de la tormenta, no me permitía hacer otra cosa. Una experiencia inolvidable…

     

     

  • ¿Tendrán colorminosis? – Esther Ramos tras la Luz

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    «¿Tendrán colorminosis?».  130 x 197 x 61 cms.  Técnica mixta s/ tela.

     

    De nuevo una tridimensión pictórica móvil, que permite abrir o cerrar esos dos bastidores forrados de malla de mosquitera.

    Actúan como contraventanas del triplico y sugieren las ventanas pintadas, de un edificio insinuado en el blanco de la tela.

    El azul del cielo crea una atmósfera envolvente.

    En esta composición trabajo desde una mínima expresión, para que como espectador/a recrees todas las lecturas posibles.

     

     

  • Cuanto más veo menos me creo – Esther Ramos tras la Luz

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    «Cuanto más veo menos me creo».  130 x 200 x 99 cms.  Pigmento y látex s/ tela.

     

    En el momento que empiezas a ver, las creencias se caen… En este cuadro o «tridimensión pictórica», a cada lado hay un bastidor forrado de pvc de espejo, que hace que se multiplique la imagen pintada.

    Los espejos propician juegos de identificación que nos anclan a la forma. Si no nos creamos una idea de cómo somos, difícilmente nos podemos identificar con ella.

    Siempre me ha encantado mirar a los bebés, que pasan buenos ratos mirando y moviendo sus manos. Como aún no están identificados con una forma, esas manos son un juguete que les entretiene y que sienten fuera.

     

     

  • Un tríptico de ahora – Esther Ramos tras la Luz

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    «Un tríptico de ahora».  130 x 195 x 100 cms.  Técnica mixta sobre tela.

     

    En la historia de la pintura, los trípticos siempre han sido objeto de trabajo. Investigar distintas combinaciones del número tres, da juego para incorporar nuevos modelos de plasmación.

    Un tríptico abierto al mundo, a la naturaleza, pero con dos ventanas que tamizan ese mirar. Esos dos bastidores forrados de tela de mosquitera de color verde, provocan un cambio en los matices de colores y a la vez permiten un juego para el espectador, que decide la posición de apertura o cierre de la ventana. Cuando la ventana está cerrada permite poner un pasador de seguridad.

    Hay una importante información sobre cómo nos posicionamos tras una ventana. Nos mostramos, nos escondemos, o simplemente permitimos no construir ventanas a nuestro alrededor, viviendo bajo las estrellas con el cielo como techo.

     

     

  • Piramivé – Esther Ramos tras la Luz

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    «Piramivé».  84 x 101 x 87 cms.  Técnica mixta.

     

    Una pirámide hecha de madera y forrada con mosquitera ignífuga. Las tres caras están pintadas con rayas amarillas (horizontales, verticales y diagonales) en donde he pegado cristales de gafas graduados. Dentro, en la base de la pirámide, hay una estrella formada por ojos de distintos colores.

    Sigo indagando en las distintas miradas, en sus colores, en sus graduaciones y gradaciones.

    El ver está más allá del mirar…

     

     

  • Tres miradas distintas y un solo yo verdadero – Esther Ramos tras la Luz

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    «Tres miradas distintas y un solo yo verdadero».  124 x 140 x 82 cms.  Técnica mixta.

     

    Este trabajo de auténtico puzzle, me movía a ver la cantidad de deformaciones oculares que hay, a través de este cubo de cristal.

    Uno a uno iba encajando y pegando los cristales de gafas graduados sobre el cristal, haciéndolos coincidir en el ancho y el alto de la ventana. Es un ejercicio de meditación que me hace mirar todas esas graduaciones oculares distintas, que nos hacen percibir la vida de formas tan diferentes.

    Las graduaciones que más nos condicionan no son las dioptrías físicas que afectan a nuestros ojos, sino las de nuestra psique, en forma de creencias, estructuras, ideas. Esas que nos limitan a ver la vida, a través del cristal de nuestra mirada.

     

     

  • Otrorretrata con vista cansada – Esther Ramos tras la Luz

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    «Otrorretrata con vista cansada».  195 x 250 x 120 cms.  Técnica mixta s/ tela.

     

    En esta tridimensión pictórica experimento con los distintos lenguajes que te ofrecen los materiales.

    Las pupilas de los ojos están agujereadas en la tela y en su lugar han sido  sustituidas por unos grandes cristales de aumento, que permiten una mirada ampliada.

    Las dos telas laterales dibujan los pabellones de las orejas, en una transparencia que invita a la escucha.

    Todo invita a una sencillez perceptiva y sensitiva.

     

     

  • Ojos que no ven… – Esther Ramos tras la Luz

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    «Ojos que no ven…».  206 x 166 x 7 cms.  Técnica mixta s/ tela.

     

    Un guiño a la ceguera y a la distorsión que nos producen todos esos cristales de gafas, a través de los cuales vemos el mundo.

    Sólo queremos ver hacia fuera y por eso estamos tan pendientes de las gafas que nos ponemos.

    En realidad, la única mirada que nos aporta visión no necesita corrección, ya que no le afectan las enfermedades oculares.