«Burbujas de cristal». 130 x 60 cms. Pigmento, látex y cristal s/ tela.
Cuando estás en plena inmersión bajo el agua y empiezas a soltar aire, éste va subiendo al exterior en forma de burbujas.
La vida siempre es una expresión de lo que acontece: cuando llevas mucho tiempo sumergida y empiezas a subir, esas burbujas de aire te anteceden, son el preludio a tu ascensión…
«Con gafas de bucear». 65 x 81 cms. Pigmento, látex y cristal s/ tela.
La parte de abajo de este cuadro, está realizada con rectángulos de cristal, en los que se ha pintado, por la parte de atrás, un paisaje de fondo marino. Posteriormente se han ido encajando estas piezas, a modo de puzzle, sobre la tela ya pintada en oro. Por la transparencia del cristal se deja entrever el fondo.
El juego que establezco con la pintura, me posibilita una mirada de vida. No existe la pintura y lo pintado, todo es lo mismo. Lo único que existe es el gozo mientras la pintura se produce.
Después, mi mirada observa para comprender lo que ha sucedido.
En el fondo del mar, existe una naturaleza tremendamente rica, que como no vemos, desconocemos. La mayoría de veces, sólo creemos lo que nuestros ojos ven, pero hay tantos fondos a nuestro alrededor…
En esta tela, cada rectángulo de cristal pintado es, en sí mismo, un cuadro independiente, que sólo adquiere sentido en la unidad con el resto. Eso mismo pasa en nuestra cotidianeidad, que desde la parte que somos, es imposible comprender el todo.
En la riqueza del blanco y negro de nubes del cielo, el color es una anécdota, que igualmente está presente.
«Lágrimas de sangre». 79 x 16 x 4 cms. Pigmento, látex y tubos de cristal s/ tela.
En este cuadro se crean dos realidades diferentes.
Al fondo una tela pintada; superpuesta a ésta, una serie de tubos de cristal rellenos con agua destilada, teñida con anilinas de color rojo.
La visión del cuadro a través de estos tubos, cambia completamente los colores de la tela, de la misma forma que nuestra visión, está mediatizada por las ideas limitantes que nos creamos y creemos.
«Arboleda al atardecer». 146 x 114 cms. Pigmento, látex y capilares de cristal s/ tela.
Un verdadero recorrido a través de los innumerables caminos que la vida nos proporciona. Sin miedo y dejándote guiar por la propia vida, sin lugar a dudas, te conduce al lugar idóneo, a tú lugar. No hay otro…
Todos los entretenimientos lo único que hacen es retrasar el encuentro.
«Prusia y oro». 100 x 14 x 4 cms. Pigmento, látex y barra de cristal s/ tela.
Una barra de cristal en donde se concentra el agua de esas nubes. A través de ella, una sutil deformación de la mirada evocadora. Después, silencio.
«Espejismo del oro». 145 x 130 cms. Pigmento, látex y láminas de cristal pintado s/ tela.
La vida nos presenta espejismos diversos, para que desarrollemos nuestro potencial de ver, para que distingamos entre realidad y sueño.
Esa mirada interior que tenemos relegada y que es la única que nos conduce a la verdadera dimensión de lo que ES.
«Horizonteal». 27 x 195 cms. Pigmento y látex s/ tela.
La vida, un continuo camino. Una larga línea que se va desarrollando…
«Cielo Prusiano». 145 x 130 cms. Pigmento y látex s/ tela.
Perdiéndome en ese cielo en el que todo cabe, en el que todo sucede.
No importa lo encontrado, cada centímetro cuadrado, cada matiz, tiene una importancia absoluta.
Ese camino que nos conduce, al lugar que no debimos abandonar, al único lugar en donde verdaderamente somos.
«A través de». 130 x 145 cms. Pigmento y látex s/ tela.
La belleza, no ha sido inventada por el ser humano, es un patrimonio del cosmos.
Cuando el artista conecta con ella, es capaz de plasmarla, ya sea a través de una pintura, una composición musical, o una danza.
Para ello es necesario recuperar tu armonía psicofísica.
El arte es un sendero para conectar con el absoluto.
Por cierto, este cuadro lo ha comprado un daltónico. A saber cómo lo ve…, es todo tan relativo…
«Encapotado». 92 x 14 cms. Pigmento y látex s/ tela.
Mirando pasar las nubes, el tiempo, la vida. Nunca pasa nada…
La vida, un continuo encuentro: contigo, conmigo, con todo…
