El miedo es una acción para huir de lo que es, de la presencia.
Una de sus principales causas es el cambio. Lo desconocido nos pone a prueba, porque nos saca de nuestra mente concreta y lineal.
Vive a caballo entre pasado y futuro. Lo sostiene el recuerdo de lo que hemos vivido y la proyección en el futuro en sus dos únicas formas: queriendo eternizar lo que nos gusta, o no queriendo volver a sentir lo que nos disgusta.
Abandonando el pensamiento que da cuerpo a toda esa invención, se diluye.
Cuando no analizas, puedes mirar con plena atención tu entorno, como si fuera la primera vez.
Quien tiene miedo no puede amar. Amar significa confiar, entregarte a la vida y a lo que es.
¿Te das cuenta lo fácil que es abandonar el miedo?
Inténtalo, vale la pena, te lo aseguro…
